sábado, 13 de septiembre de 2008

¿En qué puedo ayudar?

Alacranes, Matanzas

Cuelgo en este blog opinión de Oscar Peña Martínez, Director Ejecutivo del Comité Cubano Pro Derechos Humanos (http://www.sigloxxi.org/) publicada hoy en el Nuevo Herald (http://www.elnuevoherald.com/). Mi amigo Oscar responde a pregunta de Martha Pardiño ante el desespero que ocasiona la situación que vive nuestro pueblo en la isla tras el paso de dos sendos huracanes en espacio de ocho días.

El envío de dinero directamente a Cuba es algo que alarma a mas de uno de los que estamos igual que Pardiño y Peña, tratando de ver como mejor ayudar a nuestro sufrido pueblo. La razón de esa alarma es la inflación que va causar dichos envíos de dólares, euros o divisa extranjera a familiares o amigos en Cuba por cubanos en el exilio. Por lo pronto ya los precios están disparados en la isla. Un martillo por ejemplo esta costando en estos momentos unos 300 dólares.

Señalo que ambos Martha Pardiño y Oscar Peña tienen artículos suyos en este blog e interesantemente coinciden en esta opinión de hoy en el Nuevo Herald.

OSCAR PEÑA: ¿En qué puedo ayudar?

Esa difícil pregunta me la hacía Martha Pardiño, una gran mujer cubana exiliada, ante la devastación nacional en que dos gigantescos huracanes han dejado a Cuba. La interrogación es difícil porque Cuba no es un país normal. Tiene una larga dictadura que limita las libertades de su pueblo y el contacto amplio y libre entre sus nacionales en el extranjero. Y muy difícil también porque es una dictadura veterana sin voluntad de reformarse. Obviamente no pueden ser premiados por tener agarrado permanente por el cuello al pueblo, sino justamente descalificados para la emisión de créditos financieros, como se debe traducir correctamente el embargo de Estados Unidos a Cuba.

En estos momentos que se ha dado una catástrofe nacional en Cuba que ha arrasado grandes partes del territorio nacional hay que ingeniárselas para, por encima de las trabas, limitaciones y el gardeo de las dos partes, llegar de alguna forma a nuestro pueblo. Es por esas especiales circunstancias que era para mí --y para cualquiera-- complejo responder la indagación de la compatriota, ya que estamos ante medidas de control que no están en nuestras manos. El duro golpe a nuestro pueblo me obligó a pensar a full y le propuse lo siguiente:

``Te hago una propuesta que pudiéramos incluso ponerla en práctica después entre todos los cubanos. Me parece algo concreto y unificante y, aparte de ayudar también, romperíamos la artificial división que ha querido siempre implantar el régimen entre Miami y Cuba. Te propongo hacer una cadena cubana: exiliado-familiar en Cuba-vecino sin familiar en el extranjero. Partiendo --como me explicas-- de tu disponibilidad a hacer tu aporte a nuestro pueblo en esta hora negra, ¿qué te parece si el lunes cuando envíes tu ayuda mensual a tu hermana, como haces todos los meses, tratas por ejemplo de enviarle $100 más y le dices que a sus dos vecinos más cercanos que no tienen familiares en el exilio le entregue a cada uno $50 enviado por un exiliado?
Si hiciéramos todos esta acción, es una forma concreta de ayuda verdadera y de identificación entre cubanos. Hasta ahora la ayuda de cubano a cubano no ha pasado de la retórica. Si lo consideras oportuno, ponlo en práctica con tu hermana y trata de ser la pionera de esta necesaria y solidaria nueva acción de exiliado-familiar-vecino sin familia en el extranjero. ¿Te imaginas a unos compatriotas en Cuba vecinos de tu hermana, que no tienen familiares en el extranjero, recibiendo en momentos difíciles $50 o $25 enviados por un exiliado? ¡Qué alto habla esa acción de nosotros!

Vislumbra lo que pensarán todos en Cuba cuando un vecino llame a otro y le diga: un exiliado te mandó $25. Pensemos en grande. Debes recordar al principio de la revolución (yo era un niño de 9 años y recuerdo aquello) que Fidel Castro pidió a todos los habaneros que albergaran por 3 días a un campesino de los que trajo a conocer la capital. Con eso se ganó al campesinado e involucró a los habaneros en sus planes. No me oculto para confesarte que hasta del enemigo se puede aprender algo y ellos de nosotros. Aprendamos también hoy nosotros a dar nuestras acciones de impacto. La idea es lograr con el plan exiliados-familiar y vecinos en Cuba sin familiares en el extranjero ayudarlos y ganarnos el corazón del pueblo cubano con una misión humana e inteligente. Eso rompe los planes del régimen de mantenernos divididos.

Este tipo de ayuda que planteé a la compatriota y que propongo hoy a todos, así como otras diligencias, impulsos y ayudas de cubano a cubano, de familiar a familiar, de pueblo a pueblo son humanamente, cubanamente, políticamente, extremadamente edificantes e importantes entre nacionales. Este tipo de ayuda individual es muy valiosa no tanto por su volumen material como por la acción espiritual y de amor, al mostrar a la población de la isla que no sólo tienen familiares en el exilio, sino también no familiares preocupados por ellos. Sin embargo, ante la grave tragedia debemos aterrizar en el campo de la realidad y ser completamente honestos: sólo una ayuda mundial, de gobiernos extranjeros y de la Cruz Roja Internacional, puede ayudar de manera rápida y amplia a todo el pueblo.

Como cubano felicito a todos los exiliados que tienen familiares en Cuba y han enviado su ayuda y deben enviar un extra más para los vecinos sin familiares, y también a organizaciones, medios e individuos que están poniendo el hombro. Pero lo esencial es que las autoridades de Cuba se desprendan de falsos nacionalismos, torpes orgullos y soberbia que sólo afectan al pueblo cubano. Deben tener buena voluntad para recibir la ayuda de donde venga. Y en ese sentido es muy importante el planteamiento partidista de los congresistas cubanoamericanos y la oferta de ayuda del gobierno de Estados Unidos y los organismos internacionales. No abrir Cuba a una ayuda de Estados Unidos y la Cruz Roja Internacional es un crimen contra el pueblo cubano peor que los huracanes. Ahora no es momento para temores políticos. La Habana tiene la palabra.

3 comentarios:

Aguaya dijo...

Qué tal, Mickey

Yo misma me hice esta pregunta muchas veces: y de mi ayuda, con cuánto se está quedando el gobierno? Pero pesa más el que al menos "algo" llegue a unas manos necesitadas...

Coincido en que se trata de una situación grave pero a la vez especial, en la que no pocos quieren la mejor solución, léase, para el verdadero pueblo de Cuba y no para los que en su nombre no aceptan sino lo que les conviene políticamente.

Como este post además refiere qué tipo de ayuda pudiera hacerse y cómo, te pregunto si pudiéramos incluirla en la campan~a de ayuda humanitaria que estamos divulgando con una Blogacción por Cuba. De conocer otras vías no gubernamentales, te agradecería nos avisaras para incluirlas.

Saludos desde Berlín,
AB

Mickey dijo...

Aguaya,

Claro que si. Incluye el post.
Saludos desde La Yuma

Aguaya dijo...

ya está incluido...

Un abrazo,
AB