Todos los años cuando llega el verano,
millones de padres se debaten con el mismo problema: ¿qué hacer con sus hijos?
En una sociedad como la de Miami, donde generalmente tanto la madre como el
padre trabajan, a menos que hayan unos abuelos jubilados que los cuiden en esos
meses, el asunto es un dolor de cabeza.
No hay una cifra exacta sobre la
cantidad de niños cubanoamericanos que están viajando a Cuba para pasar el
verano con sus familias. Pero no sólo los funcionarios de aduana en el
aeropuerto de La Habana se han hecho eco del fenómeno, sino también los que
viven en Miami. Es fácil constatar como durante el verano se ha incrementado notablemente el número de
niños que viajan solos a Cuba.
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