miércoles, 11 de noviembre de 2015

Jorge Valls en la biblioteca


Creo que así siempre como más lo voy a recordar, cuando aquellos encuentros que nos dábamos casi a diario en la biblioteca pública del Downtown de Miami años atrás.  Lo encontraba enfrascado en algún ensayo suyo o artículo que estaba preparando.  Solía usar una de las mesas del entonces Departamento de Ciencias Sociales y Humanidades en el segundo piso.  

Charlábamos sobre los últimos acontecimientos culturales y de geopolítica.  Siempre se interesaba por mi opinión y “en qué te encuentras trabajando ahora”.  Una visión muy diferente a la de la mayoría la de Jorge.  Uno de los seres más caballeroso y gentil que jamás he conocido.  Difícil de entender en alguien que sufrió ese largo presidio político suyo.  

Hace poco pasó a mejor vida.  Su abarrotado velorio un verdadero quien es quien del Exilio histórico.  Nos deja un enorme vacío donde no se vislumbra el fondo.  Pero la fe de Jorge me contagia y sé que las semillas que el Walt Whitman cubano sembró abrirán, brotaran la flor.

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