Acuse de recibo:
El golpe bajo de un registro súbito
a un disidente, orquestado por efectivos de la contrainteligencia "con el
objetivo de ocupar objetos de procedencia ilícita" y acusarnos así con un
cargo o delito común ("actividad económica ilícita") aunque se trate
únicamente de motivos políticos, es solo un escarmiento a los más cercanos,
involucrados o no en esa "actividad subversiva" que ellos dicen que
realizas "ilegalmente", -que todo tu trabajo se basa en
"material de contenido CR" ("contrarrevolucionario")- y es
además una burla descarada/descarnada a todas aquellas manos solidarias que
pese a todo nos siguen ayudando.
Defender la libertad no es un
oficio, es un principio. Elevar nuestra dignidad pisoteada y continuar el
camino, y hacerlo además con la ayuda desinteresada de personas comprometidas
con los derechos humanos, con la verdad, la libertad y la democracia, con los
principios más básicos de humanidad, no es cuestión de discursos bonitos ni
alegatos políticos: vivir siendo perseguidos y atacados por un aparato de
contrainteligencia represivo, es el sacrificio que nos toca pagar de manera
compartida por aspirar a esa libertad más fundamental, con la conciencia limpia
frente a la aparente ventaja de la impunidad y la prepotencia del esbirro.
La ignorancia o la incomprensión, el temor, los
prejuicios, nos han hecho una sociedad conforme e inferior, con una estructura
económica esclavizada, dependiente, con la herencia colonial que nos hizo
débiles y cobardes: una mentalidad hecha para el servilismo. Contados somos los
que resistimos y nos pronunciamos abiertamente en contra de un sistema que se
disfraza de izquierda socialista en nombre de la soberanía nacional y no hace
otra cosa que aplastar con la injusticia más atroz a sus propios ciudadanos,
negándoles todo sueño de prosperidad y de futuro.
Es el precio. Para vivir en tu
hogar, sin la tranquilidad que un concepto de hogar debe llevar: pues de pronto
es invadido por esos personajes oscuros, esos esbirros ávidos de hurgar
minuciosamente en cada detalle íntimo de tu vida, trasladando el operativo
excesivo que te han hecho numerosas veces -sitiándote, acosándote y
amenazándote por tratar de vivir plena y libremente, por respirar, por existir
casi- todo eso ahora dentro de tu casa: un desfile de ajenos despreciables
transitando tus espacios privados, revolviendo y fotografiando cada apunte,
cada papel hallado, no importa si es tu literatura, tus diarios, tu
correspondencia personal; cada rincón es allanado y vaciado con despotismo y
prepotencia, con la toda la impunidad del que se sabe poderoso y con la
falta de ética y de respeto más radical.
Ese hogar ahora ya te resulta
inhóspito, te da asco hasta descansar donde antes manos invasoras
"ocuparon" todas tus cosas, tus medios para expresarte a través del
arte, tus proyectos creativos hechos polvo, eso que ellos insisten en llamar
"proyecto enemigo en contra de los intereses generales de la nación",
porque tú no eres pueblo, no eres nada (como le decía la pueblerina Daisy
Granados al Sergio de Memorias del subdesarrollo), estás siendo expulsada de
esta isla bajo el pretexto incluso, cobarde justificación, de una "restricción
de salida" desde hace nueve meses, aunque desde hace años violan uno tras
otro todos tus derechos, y ahora por último te roban tu intimidad y te
inmovilizan todavía más, hasta el fondo de ese laberinto ya totalmente
recorrido tantas veces hasta la extenuación.
Los totalitarismos no admiten
críticas, ni desafectos, ni partidos que hablen de pluralidad e inclusión. Ni
mucho menos personas interiormente libres. Por eso nos hacen al final
protagonistas incuestionables de los tiempos críticos, infinitamente oscuros.
Víctimas de su propio
infantilismo con sus eufemismos lingüísticos, se ridiculizan ellos mismos y
escriben cosas como "20 folletos con dibujos de dos cerdos
subversivos" y hacen constar con la más absoluta desfachatez el objetivo
real de su afanosa búsqueda, de su perruno rastreo.
No contentos con la humillación
"positiva" que los deja medio satisfechos, nos encierran en calabozos
donde escriben "CR" en el motivo del acta de detención, todo
ejecutado de la manera más arbitraria, esgrimiendo estar actuando bajo los
estatutos de una supuesta legalidad, bajo el amparo de una ley absurda y
ridícula que demuestra su insensatez con cada preso de conciencia, con cada
persona injustamente encarcelada.
En los calabozos somos
despojados ahora ya hasta de los anillos, aretes y cordones de zapatos. Aquí ya
ahora sí no tenemos nada más que perder. No tenemos necesidad alguna de
alimento o líquido pues nos sigue alimentando e hidratando nuestro sentido
humano de libertad interior, nuestra fuerza de espíritus libertarios y
transparentes. Nuestra entrega al deseo más fuerte de todo ser humano. Al grito
desgarrado pero verdadero de seres libres, cuya verdad queda reflejada justo
tras esos barrotes, incapaces de contenernos.
l i a
Nota del blog: A
continuación acta de ocupación y la transcrita a mano. Clic en las imágenes para
agrandarlas.
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