jueves, 29 de agosto de 2019

A 24 años del hundimiento del Sundown II


Habíamos alquilado la embarcación Agenda Cuba y Cuban American Veterans Association.  Eran unos 43 pies de eslora la camaronera que había llegado de las Bahamas y hacia punta en la flotilla que el régimen castrista tenía que hundir.  Y lo hizo con nuestro barco yéndose a pique en menos de tres minutos.  Lo sé, fui el último en saltar de la embarcación. 

Lázaro Gutiérrez murió al recogerlo vivo del mar el guardacostas que yo había avisado.  El mártir había insistido en montarse en la camaronera para poder volver a ver a Cuba.  Como llevaba puesto un pulóver NO CASTRO NO PROBLEM era natural concederle espacio aun ya abarrotado el Sundown II, fatídico nombre resulto ser ese. 

Llevaré a su tumba sus flores como todos los años en aniversario de aquel 2 de septiembre.  Lo menos que puedo hacer. 

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