Es lo que hay. Con sabor al 94. El barco petrolero de Díaz-Canel iba a
resolver y ni se sintió. Apagones y
colas para un transporte que no rueda.
Con cada día más difícil para un cubano entrar a los Estados
Unidos. Seguramente en La Habana los
generales ya han puesto a su gente a buscar cómo la próxima válvula de escape
de costumbre. El estallido coyuntural esta
al doblar la esquina.
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