Muere del cáncer a los 77 años. Deja el legado de haber restaurado mucho de La Habana española. También el haber firmado la carta apoyando el sumario fusilamiento en el 2003 de los tres jóvenes de la raza negra, Jorge Martínez, Lorenzo Popeyo y Bárbaro Sevilla después de haber tratado fugarse en una lancha del trayecto entre Regla y La Habana. Los muchachos intentaban lo que tantos otros durante estas seis décadas de dictadura, llegar a los Estados Unidos. Que los tres jóvenes fusilados por el régimen fueran negros cobra un brutal simbolismo en estos tiempos de Black Lives Matter.
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