domingo, 23 de mayo de 2021

No puedes volver a casa otra vez


 

Iba rumbo al happening cuando le paso por adelante al edificio de apartamentos donde mi mama, mi papa y yo, vivimos los primeros cinco años de nuestro exilio en lo que entonces empezaba a conocerse Pequeña Habana de Miami.

Iba rumbo al happening cuando le paso por adelante donde el edificio de apartamentos estaba mejor dicho.  Fue un shock ver el vacio, bueno no vacio, ahora junto a lo que eran también apartamentos a un lado y al otro, de izquierda a derecha mirando de frente a lo que fue una vez el 720 S.W. 7 Street de la ciudad por unas siete décadas, estacionamiento de automóviles. Carros. A ver, un parqueo.  No en serio.  Ahora donde me la pase unos cuatro años escondido desde la llegada mía con mis padres a esta Tierra de Libertad, tumbado para hacer espacio a los vehículos que creo son de Brickell Motors, antiguo Potamkin Chevrolet de al cruzar la calle, en la esquina.

El apartamento número tres fue mi escondite en el edificio en cuestión ya que por aquellos tiempos era común que los apartamentos que se alquilaban mostraran bien claro el letrero que rezaba “no children, no pets”.  También habían otros letreros con otros "no” que por dicha mi edificio de infancia no lo llevaba puesto. 

Así fue que a unos cuatro años de entrar y salir por la puerta de atrás y de no hacer bulla cuando estaba, el dueño del edificio, un yuma que vivía con su esposa al lado, en una estructura de una planta, el mío era de dos, de los derrumbados, se desayuna de mi existencia.  Poco después aquel viejo americano empezó a alquilarles a familias con niños. 

En fin, un 20 de Mayo para recordar este que pasó.  La foto en este post es del happening, llamado de ProActivo Miami por la fecha.  El titulo, obvio siendo un exiliado quien escribe aquí. 

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