Esa es la idea. Esa la meta a la que se ha empeñado la dictadura. Enjaular las nuevas voces. Cortarles las alas. Ensancharle los barrotes. Taparles la boca para que no canten su canción. Amarrarles las manos para que no escriban su letra, Atarles los pies para que no puedan marchar.
45 detenciones de niños y
adolescentes desde el pasado 11 de julio hasta la fecha por solo ejercer su
derecho a la libre expresión. Para
algunos el régimen esta pidiéndoles condenas mayores de sus años vividos.
Lo de Cuba no tiene nombre. A ver, ya la he llamado dictadura aquí.
Régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o en un grupo u organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales. Así la definición de la Real Academia Española. No obstante, la palabra suena blanda para los sucesos de estos días en la isla que me vio nacer hace más de seis décadas.
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