No hay día que no tenga a mi madre presente. No he conocido a mujer más sabia. Sus dichos taladran mis tímpanos esta noche como tantas noches.
“Llegar a viejo es lo último”
“El patio es muy bonito pero hay que mantenerlo”
“No es fácil pero tampoco es difícil”
Siempre con un optimismo
descomunal. Dispuesta a lo que
fuera. De la casa al trabajo y del
trabajo a la casa. Desde que llegó al
exilio reclamando a todos los de su familia que querían salir de Cuba. Los trajo por los Vuelos de la libertad. Llegaban
y ya les tenía el gao y la pincha.
Madrina de los Cruz. Guajira de Unión de Reyes. A caballo allá y timón del carro en Miami. Nadie mejor que ella en la cocina criolla o gallega. Costurera. Vendía joyas en la factoría. A plazos. Si llega a saber inglés se coge medio mundo. Decía que los mejores tiempos de su vida los pasó criando a sus nietos.
Se fue en diciembre del Año de la pandemia. Sóla. Se fue desde el hospital con la Estrella de Belén.
Nota del blog: de anoche
en mi cuenta de Twitter
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