Una prima recién
llegada a Miami gracias al parole humanitario de Biden me obsequió un D HABANA, el frasco que aparece en la
foto aquí. Elaborado en la Isla, su
aroma es de una exquisitez que nada tiene de envidiarle a Dior, YSL o Dolce y
Gabbana. Su presentación, estuche y
demás, de primera clase. Ante todo lo
anterior y embriagado de D’Habana, me vino a la mente otro producto nacional también
alegórico a la capital cubana. Hablo de
los tabacos San Cristóbal de La Habana. Posiblemente los mejores del mundo. Para mí, un aficionado a gustar de los
habanos, lo son. Al igual que el
perfume, su presentación es top notch.
Y entonces me
pregunto, ¿por qué los cubanos podemos elaborar en la Isla productos de primera
al mismo tiempo que los hospitales están sucios, los estadios de pelota
destartalados y los edificios se caen?
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