Rafael deja secuelas. Tras su paso las termoeléctricas vuelven a irse al carajo. Desde el Reparto Flores, en Playa hasta Encrucijada. En Nuevo Vedado, en La Habana. Desde Pinar del Río, pasando por Santa Clara, hasta Oriente. No hay agua. No hay corriente. Y si hay, no queda mucha esperanza. Sí hay detenciones por protestar en la calle los apagones de este nuevo normal en Cuba. Una historia del presente cubano que no da para mucho más y al final del túnel no se vislumbra la luz.
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