sábado, 8 de febrero de 2025

Damos asco

Asco, eso es lo que damos, damos asco.  Los cubanoamericanos sino nosotros nuestros padres o abuelos, somos inmigrantes.  Alguna vez nos llamaban refugees.  Alguna vez cuando nos preguntaban, respondíamos: exiliado.

Damos asco. Somos o somos descendientes de inmigrantes que llegamos a los Estados Unidos buscando libertad y pedimos que se la prohíban a otros que buscan lo mismo, libertad.  Somos tan asquerosos que hasta pedimos se la prohíban a los nuestros, a los que igual que nosotros un día, hoy escapan la misma dictadura en busca de tierras de libertad. 

Damos asco.  Gracias al parole humanitario de Biden, miles de cubanos han podido entrar legalmente a los Estados Unidos y damos las gracias votando masivamente a favor de un criminal, racista, xenofóbico y muchos más adjetivos deplorables. 

Damos asco.  Marco Rubio da asco.  Había una vez un Marco Rubio que abogaba por los inmigrantes y con una visión de un siglo americano inclusivo.  Hoy el ahora Secretario de Estado ha vendido su alma al diablo. 

Damos asco.  Carlos Giménez da asco.  Había una vez un Carlos Giménez que votaba por Hillary Clinton y pregonaba Trump un peligro.  Hoy el ahora congresista cubanoamericano ha vendido su alma al diablo. 

Damos asco pero no todos.  Rescatan nuestra dignidad el periodista Jim Acosta y la artivista Carmen Peláez.  Cito a solo dos de los nuestros que son verdaderamente dignos de admiración.  Cito anteriormente a solo dos de los muchos y tantos que damos asco.  Somos más los Marco y Carlos que los Jim y Carmen. 

Damos asco.  El que siembra su maíz…    

 

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