domingo, 28 de diciembre de 2025

Vuelo del entusiasmo

Íbamos Rioseco y yo atrás.  Pedro López y Cordero el piloto adelante.  La avioneta cargada de entusiasmo y ¿eran pegatinas?, volantes con lemas escritos, ¿sobre los derechos humanos?  No recuerdo eso bien.  No recuerdo del todo si llevábamos los lemas abordo.  Sí lo del entusiasmo y que fue en un aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.  Un 10 de diciembre.  

Cuando llegamos a La Habana había un sol radiante y las olas golpeando El Malecón hacia lucir pura magia a la ciudad capital cubana.  Volamos sobre el tráfico del malecón y los edificios.  Una y otra vez.  La torre de control nos regañaba vuela sobre el territorio nacional cubano.

Venimos en pazSomos cubanos.  Somos hermanos.  Somos un mismo pueblo.  Venimos en paz… la torre no nos entendía o no nos escuchaba.  Creo que no nos pueden escuchar dijo Cordero.  ¿Seguimos?  ¡Sí, sí!  El entusiasmo podía más que el sentido común.  Piel de gallina.  Corazón latiendo fuerte. 

Vuela sobre el territorio nacional cubano…  ¡Coño Mickey cada vez que estamos juntos pasa esto! me grita riéndose Rioseco aludiendo al hundimiento del barco de la flotilla fatal del Movimiento Democracia y de aquella otra anterior de cuando los guarda fronteras cubanos embistieron al Democracia.  ¿Seguimos?  ¡Sí, sí!   

Tantas vueltas sobre La Habana nos agotaba el combustible de regreso a Miami.  No llegamos dice Cordero y que tenemos que aterrizar forzosamente si llegamos a los cayos.  De película nuestro aterrizaje en Cayo Maratón.  Llantas achicharrando la pista.  El FAA corriendo hacia nosotros.  Bájense rápido y no digan nada yo hablo con él y casi corriendo dejamos debajo de ala de la avioneta a Cordero y el de la FAA interrogándolo.           

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