miércoles, 28 de octubre de 2009

Una oferta inesperada

Del libro de Juanita Castro:

La llamada de Virginia Leitao de Cunha poco tiempo después de lo sucedido en Bahía de Cochinos, me tomó por sorpresa.

-Quisiera que pasaras a verme esta tarde. Me encantaría compartir algo contigo.

Cualquier cosa que Virginia pidiera, para mí era más que una orden. Siempre la tuve entre mis grandes afectos, no sólo porque ella y Vasco, su esposo, me asilaron generosamente en su embajada, sino porque tras el triunfo de la Revolución afianzamos una gran amistad que continuó hasta la muerte de ambos.

En la residencia de los embajadores, localizada en la lujosa zona de El Laguito, yo me sentía como en casa. Ellos, siempre tan sencillos, eran de esas personas que inspiran inmediata confianza. Curiosamente, sin embargo, Virginia siempre me hablaba de tú, pero yo nunca pude romper la barrera de hablarle de usted.

-Han sido días terribles, Juanita. Especialmente, por toda desilusión de ver que no existen aquellos ideales por los que todos, de alguna forma peleamos, apoyando a Fidel para tener un cambio verdadero en Cuba. Tengo un enorme dolor que no me abandona y pienso en personas como tú o tú mamá, y tantos conocidos más, para quienes aquella revolución con la que soñaban era un motivo para vivir. Pero, vamos a dejar de lado todo eso que nos atormenta y que a ti te duele doblemente porque tiene que ver directamente con tu familia. Quiero que sepas que nos vamos de Cuba. El presidente Joao Goulart ha dado a Vasco la encomienda de encabezar la embajada de la Unión Soviética, y hemos querido que seas de las primeras personas en saberlo.

¡Sentí que me habían vaciado un cubo de agua encima! Los Leitao eran mi gran apoyo, y Virginia me había ayudado a resolver tantas cosas, que la noticia y la sola idea de quedarme sin mis aliados me impactó de inmediato.

-He pensado mucho en todas las actividades a las que te dedicas, Juanita. He sido testigo de tu lucha por la Revolución, de los sufrimientos durante aquellos tres meses asilada en la embajada hasta el triunfo de Fidel, y he vivido contigo estos escasos dos años desde la ascensión al poder. Todo esto me ha llevado a entregarte un mensaje de unos amigos que conocen de tu labor y que quieren ayudarte.

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