Van a ser 16 años

Hace 16 años si me hubieran dicho que iba a estar en este aquí y ahora, hubiese respondido: “Suelten la pipa”. Y es que este aquí y ahora en que nos encontramos los cubanos, era inconcebible hace 16 años. Al menos para la mayoría de nosotros. Al menos para los que estaban a mí alrededor. Al menos para mí, este presente nuestro era inimaginable.

Van a ser 16 años de la masacre del remolcador. Se avancina el 16 aniversario del hundimiento del “13 de Marzo”. Es el martes 13. Seguido por El Maleconazo, muchos veíamos al castrismo desmoronándose aquel verano del 94. ¡Qué ingenuo fuimos!

Recuerdo bien aquel primer aniversario de la masacre. En la organización de la que hable en este post, se nos ocurrió la también ingenua idea, de coger la guía de teléfonos de La Habana, y cada uno de nosotros, por estos días entonces, llamar a personas en la guía, al azar.

En aquel 1995 Internet estaba embrión, y la idea era llamar por teléfono a los cubanos en la isla para hablarles del hundimiento, ya que se estimaba que en Cuba la mayoría de la población no estaba enterada de la masacre del año anterior.

Recuerdo estar sentado en la cocina de mis viejos, llamando a La Habana, para dar a conocer del hundimiento del remolcador, y para también dejar saber sobre la flotilla de exiliados que conmemoraría el aniversario desembarcando en el Malecón.

Algunas personas se mostraron solidarias. Otros colgaban, y otros, los más, me insultaban. No sé porque la llamada que más recuerdo, fue una en la que la señora que me contesto al teléfono me pregunto: “Si pero, ¿tu estas con aquello, no?” Yo no sabía exactamente lo que me quería decir con eso de estar “con aquello”, pero le conteste: “Si”. Todavía no se a que exactamente se refería la señora. Aquella llamada termino cordial.

Hace unos días, di en mi trabajo una excursión, a unas muchachas que están pasando este verano en un programa de recreación del Women’s Park. Cuando les dije que concia el parque y que para mi tenía mucho significado, por el memorial que tiene dedicado a las víctimas del remolcador “13 de Marzo”, cuya mayoría fueron niños, las chicas no sabían de qué carajo les hablaba.

Recuerdo estar en el Malecón el verano pasado, en mi regreso a Cuba después de 44 años, y decirme para mi mismo: Coño… ¡Y pensar que yo iba a volver aquí por mar en flotilla! ¡Qué ingenuo fui, que ingenuos fuimos!