Tío Cuco, me matas ahora mismo y no te puedo decir su
verdadero nombre. Vengo de una familia
que le pone apodos a todo el mundo. Así
mis tíos son Cuco, Macho, Rolo, El Rubio...
Tía Beba, mi mama Yuya. A mi viejo
no le pusieron uno porque con Garrote de apellido no hace falta. Siempre fue Garrote esto, Garrote aquello. En fin, Garrote.
Tío Cuco, hoy me entero que falleció por la mañana. Ya el tío venia complicándosele la salud por algún
tiempo. Lo que le viene pasando a los de
su generación ahora. Esta mañana se fue
ya definitivamente para el otro lado.
Trabajador como muchos de esa generación. Desde que llego al Exilio trabajando. Factoría, luego vendiendo ropa al por mayor,
y ya en los últimos años en los pulgueros.
Siempre con su esposa.
Inseparables hasta hoy. Siempre atendiéndola,
cuidándola de una artritis aguda.
Tío Cuco, más buena gente que él no he conocido. Tío Cuco, me tenía una admiración que no he
podido comprender del todo. Me
consideraba conocedor, inteligente, preguntándome siempre por mi opinión.
Tío Cuco, sé que está en El Cielo ahora. Creo en El Cielo y de no ser creyente,
tuviera que inventarle uno porque si alguien después de esta vida se merece El
Cielo es él.
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