domingo, 13 de enero de 2013

Aquel equipo


Aquel equipo llego a ser una gran promesa.  Aquel equipo éramos unos muchachos en verdad, aún cuando un medio escrito saco un articulo diciendo que éramos unos middle aged, cosa que también era verdad.    

¡Aquel equipo tenía unos personajes!  Bernadette, quien así voy a llamar por razones obvias, si no así para el lector, si para los protagonistas de aquel equipo.  Bernadette era una caja de explosivos.  Se te desplegaba lo mismo delante de la Casa Blanca que en frente del Puerto de Miami.  Lista, mujer en todo el sentido de la palabra, Bernadette daba la vida por Cuba si había que darla.  Años atrás, antes de estar en aquel equipo, Bernadette era de cargar mochila y fusil por las montañas de los Estados Unidos. 

Chaplin, ese es otro caso de aquel equipo.  Chaplin, quien así voy a llamar por razones obvias, también, de los explosivos.  Chaplin era la contrapartida masculina de Bernadette.  Nunca, pensé, me iba a perdonar que no pudiera verlo en su velorio por culpa de una borrachera mía.  Chaplin era y es, todo un símbolo del exiliado cubano comprometido con la causa de una Cuba libre.  Aquel Chaplin discapacitado de muletas, aquel Chaplin en aquel equipo era un acontecimiento digno de ver. 

Bueno pues aquel equipo y todos sus personajes se fueron a pique.  Nos fuimos a pique por culpa de un hueco por dentro.  Infiltrados por los dos lados, de forma directa y colateral, aquel equipo se fue a pique por culpa de aquel hueco por dentro. 

Aquel hundimiento fue la razón de mi paso, si dije paso aún siendo de lo que se trata, una transformación total, paso que me llevo del colectivo al cuentapropismo.  Ejercicio y trabajo ese el de cuentapropista, que llevo a cabo con todo gusto.  Cosa que para mí ha llegado a ser una gran promesa. 
 

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