domingo, 5 de junio de 2016

Cuando el Estado es juez y parte

Acuse de recibo:

Cuando el Estado es juez y parte

Si alguien me hubiera dicho tres años atrás, que yo iba a estar tan inconforme con el gobierno al cual he servido desde que tengo uso de razón, pues soy nacida con la revolución,  no lo hubiera creído.

Como a muchos de La Habana Vieja, el edificio donde vivía se derrumbó, desde entonces vivo en un albergue-local donde tuve la suerte de ser colocada junto a otras familias, sin paredes ni divisiones, las cuales hicimos con madera, para sobrevivir a la convivencia que les aseguro ha sido difícil entre la brujería, la droga, los robos, la gritería y la vecina desnudándose delante de tu marido, al que votaste al día siguiente porque se acostaron descaradamente en tu cama, entre otras cosas y la eterna promesa gubernamental de que el local va a ser tu vivienda pero que no lo puedes construir por cuenta propia, tienes que esperar tu turno en el plan, el presupuesto, etc., etc., etc…

Pues finalmente llegó el 2016 estamos en el plan, un proyecto realizado por un arquitecto de una empresa constructora y una brigada designada para hacerlo, y qué pasa, el proyecto es complicado porque hay que demoler una escalera y hacer otra, para construir seis apartamentos, ¡qué bueno! se beneficiaría hasta otra familia de las tantas necesitadas que hay en la Capital, pero  la brigada constructora se negó a ejecutarlo, por difícil, porque no cubre sus beneficios, no lo sé,… entonces la dirección de inversiones del municipio decide retomar un proyecto anterior donde salen solo tres viviendas, lo que quiere decir que dos de las familias que lo habitamos hoy, sobramos.

Con cierta lógica reclamo, no es más caro y difícil construir tres apartamentos que demoler y construir una escalera, pero los mismos que tomaron la decisión son los que responden que la queja no procede, no hay ninguna brigada que construya escaleras, será- pienso, para estos proyectos sociales del Poder Popular, porque estoy cansada de ver por la Televisión como se construye de todo o de observar como se alzan  hoteles  u otros inmuebles de interés con escaleras y un montón de cosas complicadas, rapidísimo.

Y a quién me dirijo entonces, si no existe una organización civil, -aclaro- no política, que me represente ante estas respuestas irrespetuosas de los órganos de gobierno. Cuando el estado es juez y parte, a veces, las respuestas no solo le faltan sentido común, algunas veces también son injustas  y les aseguro he observado que somos ya un ejército numeroso de inconformes, aunque pocos lo expresemos.

La Habana, mayo de 2016.
María Teresa González  Álvarez
Albergada de Muralla 453, La Habana Vieja.

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