Acuse de recibo:
Cuando el Estado es juez y parte
Si alguien me
hubiera dicho tres años atrás, que yo iba a estar tan inconforme con el
gobierno al cual he servido desde que tengo uso de razón, pues soy nacida con
la revolución, no lo hubiera creído.
Como a muchos de
La Habana Vieja, el edificio donde vivía se derrumbó, desde entonces vivo en un
albergue-local donde tuve la suerte de ser colocada junto a otras familias, sin
paredes ni divisiones, las cuales hicimos con madera, para sobrevivir a la
convivencia que les aseguro ha sido difícil entre la brujería, la droga, los
robos, la gritería y la vecina desnudándose delante de tu marido, al que
votaste al día siguiente porque se acostaron descaradamente en tu cama, entre
otras cosas y la eterna promesa gubernamental de que el local va a ser tu
vivienda pero que no lo puedes construir por cuenta propia, tienes que esperar
tu turno en el plan, el presupuesto, etc., etc., etc…
Pues finalmente
llegó el 2016 estamos en el plan, un proyecto realizado por un arquitecto de
una empresa constructora y una brigada designada para hacerlo, y qué pasa, el
proyecto es complicado porque hay que demoler una escalera y hacer otra, para
construir seis apartamentos, ¡qué bueno! se beneficiaría hasta otra familia de
las tantas necesitadas que hay en la Capital, pero la brigada constructora se negó a ejecutarlo,
por difícil, porque no cubre sus beneficios, no lo sé,… entonces la dirección
de inversiones del municipio decide retomar un proyecto anterior donde salen
solo tres viviendas, lo que quiere decir que dos de las familias que lo
habitamos hoy, sobramos.
Con cierta
lógica reclamo, no es más caro y difícil construir tres apartamentos que
demoler y construir una escalera, pero los mismos que tomaron la decisión son
los que responden que la queja no procede, no
hay ninguna brigada que construya escaleras, será- pienso, para estos
proyectos sociales del Poder Popular, porque estoy cansada de ver por la
Televisión como se construye de todo o de observar como se alzan hoteles
u otros inmuebles de interés con escaleras y un montón de cosas
complicadas, rapidísimo.
Y a quién me
dirijo entonces, si no existe una organización civil, -aclaro- no política, que
me represente ante estas respuestas irrespetuosas de los órganos de gobierno. Cuando
el estado es juez y parte, a veces, las respuestas no solo le faltan sentido
común, algunas veces también son injustas
y les aseguro he observado que somos ya un ejército numeroso de inconformes,
aunque pocos lo expresemos.
La Habana, mayo de 2016.
María Teresa González
Álvarez
Albergada de Muralla 453, La Habana Vieja.
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