Íbamos rumbo al culo del mundo. Pahokee. Florida. Almuerzo campestre aunque seria en salón. Almuerzo para recaudar fondos para nuestra organización paramilitar.
A ella yo nunca la vi en
el campamento. Ni al viejo que iba con
ella, su padre y los demás guajiros que supongo habían bajado de California o
New Jersey. Iban delante de mí en un van
blanco.
Íbamos de Miami y no habíamos dejado la ciudad todavía cuando nos cayó zendo aguacero que no se veía entre un carro y otro de nuestra caravana.
Cuando escampó un poco, cuando los que iban delante de nosotros se echaron a un lado del expressway. Verlos de pronto de camuflaje encima del techo de un camión señalando echarnos a su lado sorprendía y eso seguro lo que paso con quien conducía el van delante de mí.
Nunca supe por qué carajo
lo de intentar desviar la caravana. El
van dio un giro hacia los comandos subidos sobre el camión en el momento preciso
que le iba a dar un vehículo en esa senda.
Enseguida timoneo en dirección opuesta comenzando a patinar sobre lo
mojado, chocando, volcándose una y otra vez acabando de lado.
Gritos, lluvia, sangre, un
rio de camuflaje, sirenas, me dicen que siga, que vamos a seguir la
caravana. Y así volví a mi Camaro negro
del 86.
Ya sobre el volante, contento en dejar atrás el horror, las fuertes lluvias disiparon dando a salir el sol. Las palmas a ambos lados de la carretera daban la bienvenida a Pahokee.
El salón estaba repleto de compatriotas. Muchos guajiros. Normal. El menú, carne de puerco y congrí. Yuca. Maduros. Cerveza. Flan. Café. Discursos. Fue entonces, al llegarle la triste noticia al Secretario General durante su discurso, que nos dijo a los allí presentes que habíamos ido a almorzar al culo del mundo, Flor y su padre murieron en el accidente de horas antes.
No sé cómo no me había
percatado del oleaje que se escuchaba en la zona y después de almorzar, salí
del salón en búsqueda de su fuente. Tras
escalar la loma al fondo del local, el Lago de Okeechobee.
Aquel primer encuentro con ese lago majestuoso me trajo alivio tras la nefasta noticia durante el discurso del Secretario General en el almuerzo de marras.
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