miércoles, 23 de abril de 2025

Te miras en el espejo

Te miras en el espejo y no te reconoces.  A ver, cada día te pareces más al viejo.  Ves rasgos de la pura.  Nada que ver con aquel personaje que fuiste.  ¿No hace tanto de eso?  Ese personaje vestido de camuflaje con fusil en mano y mochila en la espalda arrastrándose, gateando y cabalgando los Everglades.  Ese personaje metido en los manglares no se asoma al espejo donde te ves. 

¿Y entonces?  ¿Quién coño es este cincuentón que ha echado barriga de cervezas, canoso y quedándose calvo?  ¿En qué momento llegaste a eso?  No hace mucho y hace una década, poco después de tu mujer dejarte llevándose a los niños no tan niños ya porque te pasabas la vida borracho y en la manigua.  ¡Qué manera de comer mierda la tuya!  Tus amigos de la high school  se pusieron para la universidad pero no tú.  Lo tuyo era campo de tiro y lancha rápida.  Ibas a tumbar a Fidel.  ¡Qué manera de comer mierda la tuya!   

¿Y entonces?  ¿Quién carajo es ese viejo que reflejas en el espejo y asusta en lo que decides si vale la pena afeitarte las canas?  ¿En qué momento llegaste hasta aquí?  No hace mucho y hace una década que te enredaste con aquella jevita del concierto de Albita en la casa de Merrick en el aniversario del natalicio del Apóstol.  ¿Te acuerdas?  ¡Te acuerdas todos los días maricón!  Te acuerdas de ella de día y de noche.  Te acuerdas.  De cuando te la ligaste en aquel concierto que dio Albita cuando llego a Miami de Colombia tras irse de Cuba para un exilio que como todo lo de entonces, ya no es.  De cuando aquella gozadera, aquella singadera tan rica que se daban y que por un buen rato interrumpieron tus fines de semana de entrenamientos para la misión.  La jevita te veía todavía bueno a pesar de tu edad.  Te veía patriota para colmo.  ¡Te acuerdas de ella todos los días cabrón!  Añoras sus deliciosas mamadas y quisieras volver a clavarla como hacías pero tú sabes muy bien que ahora seria con pastilla y cuidado no se te pare de todas maneras.  Y confiésalo, te alivia saber que por lo menos ella no ha visto como te ves ahora.  

Te miras en el espejo y no te reconoces.  A ver, ni a ti mirándote, ni cuando miras a tus amigos, ni si miraras a tu familia, ni cuando miras a Miami y ni hablar del Exilio.  Todo ahora es tan diferente.  Todo se te ha vuelto una mierda piensas en lo que te miras en el espejo y de pronto te viene la idea.  Te acuerdas.  Todavía tienes la pistola y el cuchillo de cuando eras aquel personaje que fuiste.                    

No hay comentarios: