Por más de 50 años ha existido y sigue existiendo una cultura oficialista en Cuba, también ha existido y existe hoy una contracultura cubana. Abrumadoramente joven, subterránea, pero cada vez más, saliendo a la superficie. El lema de antaño: “Dentro de la Revolución todo, contra la Revolución nada”, esa línea divisora entre las dos culturas, se está viendo más gris, mas nublosa. Si bien en el pasado la cultura del estado ha sabido aniquilar en algunos casos a la contracultura y asimilarla en otros, hoy se le dificulta como nunca antes erradicarla. En efecto, optando en el presente por lo último, asimilarla. Actualmente el resultado ha sido que en muchas ocasiones se torna difícil diferenciar entre las dos, haciendo de la contracultura, un vehículo más pujante. ¿Capaz de convertirse en un motor del cambio? Estamos ante un fenómeno contracultural, que no siendo necesariamente un movimiento, sí se manifiesta como agente genuino del cambio.
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1 comentario:
Mickey, pienso que esa contracultura es más fuerte, más pujante, más representativa que la cultura oficial.
Para mi es más genuina.
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