Larga la noche y frente a las puertas rojas del amanecer me
digo: si yo tuviera entre mis manos, la guitarra, no sería: Silvio
Rodríguez, ni Chico Buarque, ni Bob Dylan, ni Bob Marley.
Ni trova, ni zamba, ni blues, ni reggae. Ni Cuba, ni Brasil, ni
Estados Unidos, ni Jamaica. Sería un hombre anónimo y
remoto, de un lugar anónimo y remoto, cantando una canción
anónima y remota. Madre, te necesito, madre, te amo, creo
que jamás podré aprender a acordonarme los zapatos.
digo: si yo tuviera entre mis manos, la guitarra, no sería: Silvio
Rodríguez, ni Chico Buarque, ni Bob Dylan, ni Bob Marley.
Ni trova, ni zamba, ni blues, ni reggae. Ni Cuba, ni Brasil, ni
Estados Unidos, ni Jamaica. Sería un hombre anónimo y
remoto, de un lugar anónimo y remoto, cantando una canción
anónima y remota. Madre, te necesito, madre, te amo, creo
que jamás podré aprender a acordonarme los zapatos.
Nota: Lizabel Mónica me ha regalado uno de los 150 ejemplares de El contragolpe (y otros poemas horizontales) de Juan Carlos Flores y El beso es uno de los poemas en el libro. Nada como comenzar con un beso. Estaré colgando en el blog más de los poemas que aparecen en la obra.
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