lunes, 1 de noviembre de 2010

El difunto Fidel: La verdad que da risa



La verdad que da risa la última novela de Teresa Dovalpage: El difunto Fidel. ¿Estamos ante la obra más cómica de la autora? La verdad es que uno se la pasa riéndose con el cuento. Y el cuento es la pura verdad de una familia disfuncional del exilio cubano de Miami. ¿Existen familias de exiliados que no sean disfuncionales? La obra, a veces bilingüe, a veces teatro, pero siempre llena de humor, trata una historia pocas veces contada, tocando puntos neurálgicos de los que se llaman exiliados y residen en el sur de la Florida. “Miami tiene más castas que la India” comenta el protagonista de la obra de unas 90 páginas. Y que refréscate es leerse unas 90 páginas escritas por una cubana, sobre el tema cubano, sobre el exilio, y que apenas, sí acaso, se mencione la política. Ya solo con eso basta para leerse la obra.
El difunto Fidel… ¿Cómo con ese título la novela no va a ser política? Y es que el titulo aparenta, alude a la realidad política del ámbito cubano, pero no es esa la realidad en cuestión. Se trata de la vida y muerte de Fidel Carballo, 49 años, casado, con dos hijos y querida, su secretaria por supuesto. Fidel en Cuba es Philip en Miami, dirigente en la isla y hombre de negocios en el exilio. Cabeza de familia y de empresa de bienes raíces, la vida lo ha llevado a cambiarse el nombre y color, según las circunstancias. En un giro del destino la confortable existencia de sus seres queridos, y la suya, se ven amenazadas. La crisis económica global ha tocado su puerta, las casas no se venden y los cheques no tienen fondos. ¿Cómo mantenerle el estilo de vida a su señora que desde que llego al exilio no sabe lo que es trabajar, vive en casa con piscina, maneja un Lexus, y malgasta el dinero en su gato “Fluff”, a quien ella le llama “Flo”? ¿Cómo seguir manteniendo a su hija feminista, madre de su nieta por vía de inseminación? ¿Y qué del futuro de su único hijo gay que acaba de salir del closet? ¿Y qué va a pasar con su secretaria, su amor en la oficina? ¿Qué va a pasar con el sueldo que viene debiéndole a ella, y no hay forma de que se lo pueda pagar? ¿Sera la solución a todo un accidente que traiga la muerte, y con ella el cobro de una póliza de seguro? Ocho sesiones con una médium dominicana, propietaria de una botánica ubicada cerca del Versailles Restaurant de Miami, despojan este drama con trasfondo de Sueño americano, asimilación, y alienación.
El difunto Fidel, una historia dura, sino fuera tan cómica.

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