Como le jodió al cardenal Jaime Ortega Alamino la frase. La habíamos alterado un poco para ser más enfáticos sobre el poder del amor. “El amor todo lo espera” fue aquel mensaje de los obispos de Cuba en 1993. A la llegada del cardenal Ortega a Miami en 1995 lo recibimos con unos carteles omnipresentes que rezaban: “Bienvenido cardenal Jaime Ortega. Eres nuestro cardenal. El amor todo lo puede. No Castro, no problem”.
Eran tiempos de mucha desconfianza en el Exilio en torno a la Iglesia de Cuba. La cosa es que al cardenal oriundo de Matanzas no le cuadró mucho la frase. Vino al Exilio y se fue. Unos meses después recibimos una carta suya, exhaustiva, señalándonos nuestra falta. O sea, no es “El amor todo lo puede”, es “El amor todo lo espera” nos regañaba el líder religioso. “El amor todo lo espera”, así es como dice La Biblia nos decía en su carta. Bueno, eso lo sabíamos.
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