Quizás el apetito desenfrenado por la masa gris sea una metáfora. Pensar es
indicio de estar vivo, y eso no puede ocurrir en tierra de zombis.
Yo no recuerdo
ningún film de zombis donde después de la crisis y del caos, se regrese al
equilibrio. El postapocalipsis es un escenario habitual en la ficción y por
regla general, nunca se restablece el orden. Así pasa en Cuba. El periodismo
está en un punto irreversible y sin solución. A veces aparece un rebelde que
con pluma en mano, micrófono a veinte centímetros de los labios o cámara de por
medio, lucha por sobrevivir en una prensa inexistente.
De vez en
cuando se encuentra con otros luchadores como él, o con viejos cansados de
nadar a contracorriente; los más jóvenes comparten experiencias y prometen
cambiar el mundo; los que llevan más años en este negocio los miran con ojos
húmedos y sonrisa descreída mientras dicen “ustedes son jóvenes, ustedes
pueden”. ¿Qué más van a decir? La creencia de que un cambio para bien se
aproxima desapareció con los años. La esperanza no es más que la prolongación
de la espera.
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