Las
autoridades, ya que las empresas privadas tienen poca capacidad para hacerlo de
forma efectiva e independiente, deberían investigar cuál es la razón que
explica que canadienses, mexicanos o chilenos se conviertan en los principales
países de emisión de turistas a la Isla, en tanto que españoles, italianos,
franceses, británicos, incluso Rusia, hayan dejado de interesarse en el
producto turístico que ofrece la llamada "revolución".
Tal vez, la respuesta sea muy sencilla, y
reside en que una vez que se ha viajado al "paraíso de los Castro",
deja de tener interés el retorno. Ahí puede estar el problema. Mientras los
destinos turísticos consolidados del Caribe, Cancún, República Dominicana,
incluso Jamaica, registran tasas de repetición elevadas de los turistas, a Cuba
se viaja una vez o a lo sumo dos, y no se repite.
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