Entrar a la ciudad de
Matanzas significa tropezar con la belleza majestuosa de la bahía, motivo de
orgullo para sus habitantes. El azul de sus aguas ha inspirado a sinnúmero de
poetas y se instala en el centro de la nostalgia de los nacidos aquí cuando están
lejos. Además, constituye uno de los valores patrimoniales de la urbe, pues
enaltece su paisaje y la convierte en única.
No obstante, el derrame en
ella de residuales sólidos y líquidos amenaza su equilibrio. Acerca de esa
problemática Girónconversó
con Justino Baró Isasi, coordinador de la junta de manejo integrado costero de
la bahía de Matanzas, quien refirió que se trabaja con 36 fuentes
contaminantes, de las cuales 12 vierten directamente a la rada y el resto a las
cuatro cuencas hidrográficas: los ríos San Juan, Yumurí, Canímar y Buey Vaca.
“Hemos hecho una
investigación más profunda en la que el número identificado aumentó hasta 52.
La contaminación ambiental resulta un problema de seguridad nacional, puede
definirse como un cambio de estado en las condiciones químicas, físicas o
biológicas, en las estructuras del medio y que afectan a la biota.
“En el caso de nuestra
bahía el San Juan es el cauce por donde más residuos perjudiciales le llegan,
incluso constituye prioridad a nivel nacional junto al Yumurí. No obstante, son
diversas las fuentes de donde proceden los desechos, buena parte corresponde a
actividades relacionadas con la agricultura, hospitales, cochiqueras, algunos
repartos, industrias como la Termoeléctrica; estas últimas tienen una mayor
tradición de atención a los problemas medioambientales desde su ministerio. Hay
otras que por su compleja situación hubo que cerrar como el cárnico y la
tenería.
Nota del blog: El
articulo completo en el enlace con el titular, así como el sitio web de Girón se encuentran offline
en la mañana de este miércoles, 3 de septiembre.
Ambos enlaces ya de
regreso, online a las 2:14 AM de este miércoles 3.
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