A 19 años del derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate muchos sienten la traición por el canje del 17 de diciembre pasado. Y el dolor se siente más agudo
ante tanta injusticia. 19 años después y
los asesinos bien gracias.
Por estos días me vienen a la mente aquellas reuniones de
apoyo a la gestión Concilio Cubano, razón verdadera de aquel fusilamiento en el
aire. Bien recuerdo el entusiasmo de
Armando en aquellos encuentros de exiliados cubanos en Miami en aquel edificio
conocido décadas antes como “El Westbrook” y que para entonces albergaba oficinas
y tiendas, un shopping. Armando era el
motor que impulsaba aquellas reuniones, sobre todo cuando horas después de
reunidos tarde en la noche nos apresaba el cansancio. Su entusiasmo era contagioso. Su visión larga. Pensándolo bien ahora, estaba, estábamos, adelantados
a los tiempos. Quizás la verdadera raíz del
por qué semejante crimen cometido por el régimen cubano un día como hoy hace 19
años.
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