sábado, 19 de febrero de 2011

Disquisiciones egipcias

Se puede discutir, como se ha hecho en estos días, sobre la posibilidad o la conveniencia de que en Cuba se reproduzca un proceso semejante al de Egipto. Y he aquí un curioso fenómeno: mientras disidentes e inconformistas de diversa índole se manifiestan cautos (cuando no totalmente reacios) ante la idea de que un buen grupo de cubanos se reúnan, digamos, en la Plaza de la Revolución y consigan por fin darle sentido al nombre de la plaza quien único en verdad parece creer en la posibilidad de que tal evento ocurra es el propio régimen. No lo dicen directamente, por supuesto, pero no paran de insinuarlo.

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