Foto de mi viaje a La Habana
De la tarde aquella y de la mañana siguiente resulto el primer día. Dijo para sí mismo: “Esto va para largo”. El vecino, chino, dijo para sí mismo y luego le confesó: “Esto va sel igual que en China, yo me lalgo”.
Avisado desde entonces sabía lo que les venía encima. Sabía que el vecino, chino al fin, sabía. El este sabe más por viejo que por sabio. Avisado desde entonces sabía lo que tenía que hacer. Desdichado de ti oh país en cuya tierra no se pueda criar a un niño. Desdichada la tierra cuyo rey no sea noble y cuyos príncipes sean devorados por él para cebarse en los deleites. Y como lo que ha de ser ya fue, él y los suyos, como hizo el vecino, chino, hicieron ellos. Se largaron tan pronto pudieron.
Hoy la historia se sigue repitiendo. Igual pero diferente. Y lo que viene, como siempre, lo va a renovar todo. Y todo cambia para quedarse igual que antes, solo que todo será diferente. Miedo de muchos, dicha de muchos otros. Todos, algunos sin saberlo, otros con alguna idea y otros más sabiéndolo bien. Es la hora de la Nueva onda, fin del éxodo.
Bienvenidos todos a la Nueva onda Cuba
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