Empezábamos a sobrepasar la era post-Elián en el Exilio. La organización anticastrista que termino como todas las demás del Exilio llevaba meses y meses violando sus estatutos. Meses y meses sin reunirse la membrecía, dicha ahora reducida a tal expresión que éramos cuatro gatos, por citar un ejemplo. Quien entonces era el delegado de la organización anticastrista que termino como todas las demás del Exilio sería su último. El y yo éramos de los cuatro gatos “militantes” lo que quedaba de la vieja guardia en la agrupación. Meses y meses llevaba yo instando a una reunión para volver a regirnos por los estatutos que tanto trabajo nos dio a la agrupación elaborarlos años antes. Hacía meses también que los violábamos al no celebrar elecciones para un nuevo Ejecutivo. Según los estatutos debíamos celebrar elecciones todos los años y estabamos ya a finales de año.
Parecía que lo único que interesaba era nuestro programa de radio. Venia saliendo al aire unos seis años ya, a horas para sonámbulos, cada fin de semana en la radio de Miami. El delegado y yo nos lo turnábamos. Dicho lo enfocábamos desde diferentes perspectivas. La de él desde una óptica política, la mía cultural. La cosa no iba muy bien hacia meses, por no decir años, en dicho programa. El delegado que si no siguiera poniendo música de Porno para Ricardo, que si no debía haber entrevistado a fulana o mengano… La cosa no iba muy bien.
Un buen día, el delegado ya en efecto de por vida de la organización anticastrista que termino como todas las demás del Exilio me censura. Mejor dicho, intenta censurarme en el aire durante uno de los shows que yo estaba realizando. Por supuesto que no se lo permití. Poco después, fuera del aire, le dije en otras palabras que yo no haría más radio para nuestra agrupación y que desde ya, podía meterse los micrófonos de la estación por el culo.
Paso lo que tenía que pasar. Meses después el Ejecutivo (en verdad léase: el delegado) me expulsa de la organización anticastrista que termino como todas las demás del Exilio. A raíz de ese acontecimiento, por falta de mejor terminología, soy invitado a un programa televisivo donde a grosso modo explico lo ocurrido conmigo. Como resultado de esa comparecencia mía en la televisión de Miami, la estación de radio suspende el programa en dicha de la organización anticastrista que termino como todas las demás del Exilio. Recuerdo que al final de la entrevista, la productora del show por televisión me dijo: “Yo no sé que tu hacías andando con ese tipo” en alusión a mi relación con el delegado. Esa relación de tantos años ya había, desde luego, llegado a su fin para entonces. A la pregunta no pude dar respuesta. Todavía no puedo dar una. Bueno si… Andaba yo con ese “tipo” por comemierda que fui.
Hoy, de la organización anticastrista que termino como todas las demás del Exilio solo queda el programa de radio de marras que regresó al aire después de casi un año suspendido. Del delegado se comenta que el tipo trabaja para el enemigo.
2 comentarios:
Mickey, como una vez te dije: gran testimonio y enseñanza.
Así me dijiste Charlie, si. Gracias brother.
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