Para no dar la
impresión de que mi protesta nace a raíz del problema de los cacharros vacíos y
los harapos, usualmente dejo de lado problemas domésticos al comenzar a
escribir. Claro que cuando se llega a ese punto y la vida adquiere
configuraciones básicas también se sufre, pero un lector ajeno a otros
problemas cubanos podría pensar que si las cazuelas estuvieran rebosantes de
carnes olorosas, acompañadas de vegetales de vivos colores y pudiéramos lucir
más elegantes y fragantes se terminaría el problema. Nada más lejano a la
verdad.
viernes, 21 de diciembre de 2012
El Blog de Jeronimo: El enemigo común
El churre en
todas partes. En Cuba se compra el respeto. Pero no es respeto de verdad. Es
una simulación como todo lo demás. Lo único cierto son los mocos, las uñas
sucias, la caspa, y la verborrea político ideológica que roba los significados
de las palabras y trastorna la existencia de tanta gente.
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