Me quedo con Ahmel y Orlando mientras José Luis y Camilo salen a la calle
con Jorge Enrique a tomar las fotos y el video (Jorge Enrique, vaya nombre de
telenovela, lo llamaré mejor por su apellido: Lage). Ahmel es un tipo
tranquilísimo, sosegado, que mira profundamente detrás de unos lentes de
armazón negra que le dan un aire intelectual. Nació en 1974. Es ingeniero
mecánico. Me regala una novela llamada Días de entrenamiento,
publicada por Éditions Fra en Praga. No es una traducción al checo: es una
novela en español editada en la República Checa. ¿Por qué no?
El contraste entre Ahmel y Orlando es evidente y comienza en el hecho de que Orlando quiere parecer sosegado, pero no alcanza a contagiarse con las vibraciones de paz ahmelianas. Orlando vibra como si fuera un cohete espacial a punto de despegar. Nació en 1971. Es bioquímico. Ha publicado fotos en Letras Libres que acompañan textos de Yoani Sánchez, la célebre bloguera de la disidencia cubana. Me dice que está escribiendo una novela que se llama Ésta no es la novela de la revolución (a este título habría que ponerle un montón de comillas, ocho podrían ser pocas). Lo escucho hablarme y miro a mi alrededor, y a veces me da por pensar que Orlando en realidad ya no está aquí, en este restaurante que no es un restaurante chino, en La Habana, que ya se ha ido y que esto es un holograma que da toques y es pura estática.
El contraste entre Ahmel y Orlando es evidente y comienza en el hecho de que Orlando quiere parecer sosegado, pero no alcanza a contagiarse con las vibraciones de paz ahmelianas. Orlando vibra como si fuera un cohete espacial a punto de despegar. Nació en 1971. Es bioquímico. Ha publicado fotos en Letras Libres que acompañan textos de Yoani Sánchez, la célebre bloguera de la disidencia cubana. Me dice que está escribiendo una novela que se llama Ésta no es la novela de la revolución (a este título habría que ponerle un montón de comillas, ocho podrían ser pocas). Lo escucho hablarme y miro a mi alrededor, y a veces me da por pensar que Orlando en realidad ya no está aquí, en este restaurante que no es un restaurante chino, en La Habana, que ya se ha ido y que esto es un holograma que da toques y es pura estática.
Nota del blog: Titulo del post y post, los saqué, vienen
de este articulo.
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