Anamely Ramos González en X, plataforma en la red mejor conocida como Twitter:
Maykel Osorbo llamó por última vez el martes de esta semana. Hoy otros presos de confianza llamaron a su esposa para avisarle que a Maykel lo estaban llevando a celda de castigo porque no quieren darle el teléfono y ha protestado.
Maykel sabe muy bien que
nosotros, cuando pasan tres días sin él llamar, publicamos y damos la voz de
alarma. Puede parecer una exageración pero no lo es. Cada día, cada minuto que
Maykel pasa allá adentro, está en peligro.
Ayer publicamos la carta q la Congresista Debbie Wasserman Shultz enviara al Blinken, Secretario de Estado, apoyando
la liberación de Maykel, de Luis y de todos los presos políticos. Llega en
momento muy tenso para Maykel, pero también para Luis, que no llama hace más de
una semana.
Llevamos + de 2 años oyendo
campanas de q liberarán a los presos y nada. El único cambio ha habido es que
cada día hay más presos. Más cuerpos para cambiarlos. Más cuerpos para castigar
y amenazar. Más cuerpos como chivos expiatorios de su ineficiencia, y su robo,
por décadas.
En las últimas semanas, Maykel
ha estado en un forcejeo constante en la prisión pq no le violen los derechos
precarios con los q sobrevive allá adentro. Sabe muy bien lo que vale su vida,
pero hay límites q no está dispuesto a dejar q crucen. Si no lo hace así, ya
estaría muerto.
Siempre hay varios presos en huelga de hambre en las cárceles cubanas. Otros convalecientes, como José Cervantes, que acaba de deponer la huelga que realizaba desde el 15 de marzo en la carcel de Boniato. Supimos de la situación terrible de Roberto Fonseca y Juan Enrique Pérez.
Lizandra Góngora estuvo
ingresada, sola, a muchos kilometros de su casa, de sus hijos. A Ferrer pudo
verlo su hija después de más de un año sin visita regular solo para saber que
sigue vivo, pero en condiciones infrahumanas. Son solo algunos ejemplos del horror
que no cesa.
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