lunes, 12 de mayo de 2008

Cuba raulista: el futuro a las espaldas: sobre el “Alzheimer político” de alguien

Una de las categorías de razonamiento que mas sorprende en las lecturas de varias clases de pensamiento del Exilio cubano es sin duda el común denominador intelectual que a todos une, pese a las divergencias mas profundas entre los componentes: es decir su petrificación en el pasado de la isla.

Sin embargo pasa, a veces, también de tener sorpresas positivas, descubriendo alguien que, como en el caso de “Agenda: Cuba”(www.agendacuba.org), trata de mirar hacia delante. Por ejemplo merece atención y aparece como parte de “una nueva onda” el articulo de Mickey Garrote, que manifiesta rigor analítico sobre la peligrosidad de la propuesta de Ros-Lehtinen (www.house.gov/ros-lehtinen) sobre Venezuela, recordando que puede terminar, sin querer, dando a Chávez el mismo cómodo alibi dado por casi 50 años a Fidel Castro.

Pero, nuevamente, reaparecen los “huérfanos” del viejo pensamiento que se ocupan, con una obstinación digna de mejor causa, de volver a mirar al pasado.

Esta claro que sin aprender del pasado no se puede entender el presente y, consecuentemente, prever el futuro, pero lo que sorprende aun mas es que dichos “huérfanos”, en su obstinación, se olvidan ellos mismos de dicho pasado, es decir que manifiestan una carencia espantosa de “memoria histórica”: este “Alzaheimer político” es magnifico –por ejemplo- en quienes hablan de “cambios” en la nueva política interna cubana por el hecho de que se permita a los ciudadanos de entrar a los hoteles de su propio país. Este hecho viene presentado como una novedad, como un signo de “cambio”.

Lastima que no sea así: pregunten a los muchos que llegaron al exilio en tiempos mas recientes y podrán explicar a sus compatriotas que hasta la caída de la URSS los cubanos podían hospedarse en cualquier hotel y pagar en moneda nacional, siendo el dólar prohibido. Después pudieron hacerlo pagando en dólares; esto fue cuando el dólar fue legalizado y ocurrió el chiste que a los familiares en visita a Cuba, quienes regañaban que los habían llamado “traidores”, sus parientes les contestaban que no les habían dicho “traidores” sino “trae dólares”... Lo que demuestra que de la tragedia a la farsa el camino es mas breve de las 90 millas.

Los ejemplos de falta de memoria podrían llenar un libro y no es en la intención de estas breves notas escritas por un observador del “viejo continente” que solo quiere invitar a un mayor “rigor” de análisis a cuantos están comprometidos en serio a poner el fin a la diáspora del exilio y en el exilio. La presente es solamente una contribución de un observador “a quien pueda interesar”. Y cerramos por lo tanto rápidamente estas notas con un ultimo ejemplo: nos referimos a los exiliados y periodistas que han abierto la boca, con sorpresa, al escuchar a Eusebio Leal – en pleno congreso de la UNEAC (www.uneac.co.cu) - tirar una flecha a favor de la comprensión del exilio, declarándose prácticamente, en contra del “destierro”. Por un reflejo condicionado los presentes en la asamblea han aplaudido con entusiasmo, con el mismo calos que hubieran tenido si Leal hubiese dicho todo lo contrario. No acaso en Cuba los estudiantes le dicen “focas” a estos “dirigentes”, porque como a las focas les han enseñado una sola cosa: aplaudir, aplaudir siempre, con entusiasmo y también de pie, si por caso se levanta de pie el miembro del Comité Central (www.pcc.cu) presente.

“¡Cambio! ¡Cambio! ¡Cambio! ” Han gritado con entusiasmo algunos también en el exilio: hombres de poca memoria. Todos olvidan que Leal ya declaro, a la presencia de un Fidel bien vivo, que “en Cuba no se podía seguir teniendo cerrada a la jaula por miedo a que se fueran las aves”. Después de dicha declaración, en seguida “en la calle” los agentes “inteligentes” de Fidel difundieron “rumores” de que Leal se había quedado en el exterior. Todo termino con una declaración a la prensa internacional del propio Leal y este salvo el pellejo declarándose “martiano, cristiano y fidelista”... Fue claramente, aquella del acorralado Leal, una declaración que une categorías que son realmente en antitesis, con el único resultado de demostrarnos, una vez mas, que la diferencia entre la Democracia y la Dictadura, como decían los opositores en la antigua Unión Soviética, sigue siendo la misma que pasa entre “una silla” y “la silla eléctrica”.

Italo, un observador europeo.

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