¡Todo el poder a los soviets!, se vuelve hoy, versión raulista: ¡Todo el repudio a los bloggers! Ayer arrestan al Dr. Biscet con fondo de unos viejos gritando: ¡Abajo los derechos humanos! Antier arrastran unas mujeres a las Damas de Blanco. Hoy secuestran a una joven bloguera, la golpean, y la sueltan con la advertencia de que tiene que callar. Acto seguido, una turba a ritmo de conga ataca su esposo.
Los viejos que mandan en Cuba no llevan más de 50 años en el poder por gusto. Lo único que han sido capaces de cambiar es el look de los represores. Aquellos ancianos de ayer gritando: ¡Abajo los derechos humanos!, no les hizo ningún favor a su propaganda para el consumo exterior. A las Damas de Blanco, esposas, madres, hijas y familiares de presos políticos que piden se excarcelen sus seres queridos, lo ideal fuera y fue que mujeres se encargaran de ellas. Hoy a la hora de reprimir a los blogueros y desafectos al régimen de La Habana, en su abrumadora mayoría jóvenes, nada mejor que con jóvenes también. ¡Y a paso de conga castrista! Exquisitez que a ningún tirano se le ha ocurrido.
Dando el primer golpe y dando después, el Órgano oficial denuncia a la bloguera más famosa de la isla. Se apuran a desacreditarla. ¿Cómo se va a atrever a subirle la parada a la hija del General? ¿Cómo se atreve a recibir todos los días premios del extranjero? ¿Cómo se atreve a decir lo que se tiene que callar? ¡Hay que desprestigiarla cuanto antes! La Revolución ha tolerado demasiado. Su fiebre se la está pegando a toda la nueva generación.
Ya han dado el aviso nada subliminal, algo así: “Te vamos a pasar la cuenta”. De eso ya se están encargando ellos y una o un, que otro intelectual cubano en el extranjero. ¡A sembrar la sospecha! ¡A cultivar la división! ¡A acabar con Yoani y los otros atrevidos antes de que el inmovilismo del establecimiento no pueda ya!
Todavía hay tiempo para erradicar el virus, pero no queda mucho. El tiempo apremia y todo señala a un futuro que no será como lo esperaban. Todo apunta a un futuro que será de aquellos, los otros, la mayoría, que hasta ahora no han tenido precisamente eso, futuro.
Los viejos que mandan en Cuba no llevan más de 50 años en el poder por gusto. Lo único que han sido capaces de cambiar es el look de los represores. Aquellos ancianos de ayer gritando: ¡Abajo los derechos humanos!, no les hizo ningún favor a su propaganda para el consumo exterior. A las Damas de Blanco, esposas, madres, hijas y familiares de presos políticos que piden se excarcelen sus seres queridos, lo ideal fuera y fue que mujeres se encargaran de ellas. Hoy a la hora de reprimir a los blogueros y desafectos al régimen de La Habana, en su abrumadora mayoría jóvenes, nada mejor que con jóvenes también. ¡Y a paso de conga castrista! Exquisitez que a ningún tirano se le ha ocurrido.
Dando el primer golpe y dando después, el Órgano oficial denuncia a la bloguera más famosa de la isla. Se apuran a desacreditarla. ¿Cómo se va a atrever a subirle la parada a la hija del General? ¿Cómo se atreve a recibir todos los días premios del extranjero? ¿Cómo se atreve a decir lo que se tiene que callar? ¡Hay que desprestigiarla cuanto antes! La Revolución ha tolerado demasiado. Su fiebre se la está pegando a toda la nueva generación.
Ya han dado el aviso nada subliminal, algo así: “Te vamos a pasar la cuenta”. De eso ya se están encargando ellos y una o un, que otro intelectual cubano en el extranjero. ¡A sembrar la sospecha! ¡A cultivar la división! ¡A acabar con Yoani y los otros atrevidos antes de que el inmovilismo del establecimiento no pueda ya!
Todavía hay tiempo para erradicar el virus, pero no queda mucho. El tiempo apremia y todo señala a un futuro que no será como lo esperaban. Todo apunta a un futuro que será de aquellos, los otros, la mayoría, que hasta ahora no han tenido precisamente eso, futuro.
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