Artista cubanoamericano de Miami a prision por sus obras con animales muertos

Una semana antes de su entrada en una cárcel federal en Pensacola para cumplir una condena de 20 meses por contrabando de fauna protegida y en peligro de extinción, el artista miamense Enrique Gómez de Molina todavía estaba tratando de hallar sentido a su situación.

Una de las últimas obras que terminó antes de recibir susentencia, titulada Don’t Hog the Spotlight (“No te robes toda laatención”, juego de palabras con hog, que significa ‘cerdo’),cuenta su historia. Alzado torpemente en dos patas, un mamífero mítico,cubierto con piel de alce y jabalí y adornado de plumas de emú, con patas de hipopótamo y un hocico largo parecido al de un tapir sudamericano, es conducido por un ser mucho más pequeño que es mitad ganso, mitad mono. La bestia cautiva, con los ojos bajos y una soga atada al cuello, no se resiste al pequeño animal al que podría destrozar fácilmente con un golpe de su pezuña.

"Así es como me siento ahora", comentó De Molina mientras explica la obra, que se encuentra en la casa de su marchand, Bernice Steinbaum, en Coconut Grove. “Me siento encadenado y arrastrado para que la gente me mire boquiabierta. Para ser mostrado como un espectáculo, como un escarmiento”.

“No soy un criminal; soy un artista.  Jamás he cometido un crimen anteriormente.  Acepto esta sentencia porque llama la atención a la destrucción de las especies de animales y de los peligros de la manipulación genética en nuestros alimentos.  He apoyado el trabajo del Gobierno en su búsqueda de vendedores de partes de animales ilegales a través de EBay y contactos en países en el extranjero. Que esta sentencia traiga conciencia a mi causa.  Estoy de pie junto a mi arte”.  Enrique Gómez de Molina