martes, 21 de agosto de 2012

Muere Eduardo Ojeda Camaraza, uno de los brigadistas olvidados


Eduardo Ojeda Camaraza hizo historia en el exilio cubano hace 52 años al ser reconocido como el primer hombre que entró a Cuba desde Miami en preparación para la invasion de Bahía de Cochinos de 1961.

Ojeda, uno de los sobrevivientes con más edad de la famosa Brigada 2506, murió de leucemia el viernes en Miami. Tenía 87 años.

La temprana llegada de Ojeda a la isla como integrante de la invasión de 1,500 hombres respaldada por la CIA, en abril de 1961, terminó en frustración y fracaso.

Sería capturado antes de que se dispararan los primeros tiros en la cabeza de playa cubana. Acusado de ser un espía, fue condenado a una larga pena de prisión. Y dos años después, cuando la liberación de los invasores de Bahía de Cochinos fue negociada por el gobierno estadounidense y la Cruz Roja de Estados Unidos, Ojeda y un puñado de otros invasores fueron dejados en la isla.

Se convirtieron en parte de un grupo conocido actualmente dentro de la bigada como “Los Brigadistas Olvidados” 


Brigadistas olvidados:  (izq. - der.) Santiago Morales, Enrique G. Casuso, Eduardo Ojeda Camaraza, aka ’El Abuelo’, Jorge Gutierrez Izaguirre, aka ’El Sheriff’ y Emilio Martinez.

Pero a pesar de la interrupción de 18 años en su vida, Ojeda nunca se arrepintió de haber hecho lo suyo para tratar de derrocar al régimen de Fidel Castro.


“Alguien le preguntó una vez que si lo pudiera hacer todo de nuevo y nacer con cualquier otra nacionalidad, cuál escogería”, recordó su viuda, Carmen. “¿Y saben lo que respondió? Nacería cubano otra vez”.

Nacido en la provincia de Matanzas, Ojeda venía de una numerosa familia que participaba en la política. Durante los tumultuosos años de Cuba, luchó contra el régimen de Fulgencio Batista; después, con la llegada de la revolución cubana en 1959, luchó contra Castro

A Ojeda le sobreviven su esposa y su hijastro, Fernando Silva, de San Antonio, Texas.

No habrá servicios fúnebres pero en una fecha posterior se celebrará una misa en su honor.

Nota del blog: He tenido la tremenda dicha de haber compartido por años con “El Abuelo” Ojeda Camaraza en actividades, eventos y reuniones.  Lo recuerdo ahora mismo, y creo siempre lo recordare con esa sonrisa suya, y con esa franqueza tan difícil de encontrar. 

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