Himno

Foto de mi viaje a La Habana

Es un pecado escribir esto. Es un pecado el pensar en un mal que ningún otro piensa y ponerlo en blanco y negro, cuando todo es gris para tantos. Pero sospecho, es más, me voy enterando que algún otro también lo está pensando.

Es un pecado decir esto. Es un pecado estar cuestionando a los intachables. ¿Pero quién les puso esa etiqueta? Ellos mismos. Hablan con un pudor muy autosuficiente.

Es un pecado hablar esto. Como si estuviera hablando solo para ningún oído salvo el de uno. Como si ellos mismos estuvieran hablando para muchos oídos, y así salvando a muchos.

Uno hace un llamamiento por el levantamiento y ellos mismos se envalentonan porque dicen estar adentro y que no se vale, porque uno está afuera. Y así cometen un pecado más grande aún, el de descalificar a uno. ¿Pero quién les dio esa autoridad? Ellos mismos. Juzgan desde un altar muy autosuficiente. No todos tenemos que comulgar en la misma Iglesia. Y no todos tenemos que cantar el mismo himno.

Al fin y al cabo, ellos mismos terminan siendo solo unos cuantos. Y uno termina siendo muchos más afuera. Y para horror de ellos mismos, uno termina siendo muchos más adentro.

Esa es la onda ahora mismo. Bienvenidos todos a ella. Inclusive ellos mismos que son solo unos cuantos. Esa es la onda ahora mismo, esta Nueva onda. Bienvenidos todos a ella.