martes, 12 de abril de 2011

Supercool


Es uno de los supercool. Vino para quedarse. No lo sabía hasta que aterrizo. Supongo que en su subconsciente lo sabía. Vino para quedarse. No lo sabía hasta que aterrizo en el Miami International Airport. Vino en un vuelo directo del underground cubano.


Es uno de los supercool. Producto de la cultura y contracultura cubana. He tenido la dicha de volverlo a ver. Nos hemos visto un par de veces desde que me entere que había llegado a la Capital del Exilio.


La primera vez que nos vimos desde que me entere que había llegado a la Capital del Exilio, me dijo que vino para quedarse. Me dijo que aquello cambiara pronto y que no se podía quedar hasta que aquello cambiara pronto porque le estaban cerrando por todas partes hacía rato. Me dijo que aquello cambiara pronto y le dije que lo que me decía me daba ánimo. Le dije que me daba esperanza.


La segunda vez que nos vimos desde que me entere que había llegado a la Capital del Exilio, me dijo que Cuba era tanto que tuvo que suicidarse. Y volvió con lo de que aquello cambiara pronto. Y volví a decirle que lo que me decía me daba ánimo. Le dije que me daba esperanza.


Es uno de los supercool. A su temprana edad sabe mucho más que yo de tanto. Estar con él es estar con Cuba. Estar con él es estar en Cuba. Estar con él es supercool.

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