miércoles, 2 de septiembre de 2009

Hace 14 años del hundimiento (updated)

Hace 14 años del hundimiento hoy. Conocí a Lázaro Gutiérrez aquel fin de semana largo. La flotilla iba a estar lo más cerca de Cuba posible. Lázaro quería, aunque fuera de lejos, ver un pedazo de su tierra.
Conocí a Lázaro en el mar. Literalmente, después del hundimiento del Sundown II, el barco más grande de aquella fila de naves rumbo a la isla. Estuvimos náufragos por horas en alta mar. Me entere de su muerte al llegar a Cayo Hueso después de que me rescataron. Fui el ultimo en tirarme al mar y uno de los últimos en ser recogido. Una reportera de noticias de un canal de televisión local me dijo que había muerto de un ataque cardiaco a bordo del escampavía que lo recogió junto a la mayoría de nosotros. Me sentí culpable de su muerte por años. Lázaro no sabía nadar y aunque tenía un salvavidas puesto, había estado muy nervioso en el mar. A una escalera de madera que flotaba delante de nosotros poco después del naufragio yo prácticamente la arrebate para mí. Lázaro estaba a mi derecha y casi no le dejo agarrarla. Yo cogiéndola para mí a pesar de saber nadar y también tener puesto salvavidas.
Esa tarde Lázaro lo dio todo por querer ver a su patria. Dio su vida por Cuba. A 14 años de su muerte me pregunto si fue en vano. ¡Qué ingenuos fuimos! ¿Aquello valía la pena? Hoy me da por pensar que no. Pienso que el si sabe. Ya me dirá algún día yo supongo. Si es que de lo que paso él quisiera hablarme.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mickey, nunca supimos que te sentías personalmente rsponsable de la muerte de nuestro hermano Lázaro. Tu relato, sin embargo, nos deja saber algo que habías llevado dentro de tu corazón por muchos años.

Yo fuí a la expedición porque me pareció que era la única manera que teníamos por aquel entonces de decir que éramos libres.

Si recuerdan, esa era la segunda flotilla para honrar a los mártires del Remolcador 13 de Marzo que fueron asesinados el 13 de julio del 1994. En la primera flotilla hubo un encuentro entre las lanchas del régimen y los barcos de Miami acabando algunos heridos, entre ellos el alcalde de West Miami Reboredo.

Para la segunda flotilla, la dictadura de los Castro había advertido que no se permitiría otra demostración. Y entonces, para complementar ese aviso, los Estados Unidos salieron conque "recomendaban a los cubanos del sur de la Flroida" que NO participaran en la segunda flotilla.

Entre esas dos "órdenes" estaba nuestra voluntad y nuestro futuro. No podíamos acatar la órden del régimen - y eso fue mucho antes de que se hiciera pública la campaña de la resistencia cívica. Ni tampoco podíamos acatar una recomendación del gigante del norte en el cual nuestros padres habían puesto sus todas sus esperanzas durante la gran Guerra Fría. No.

Teníamos que hacer todos nosotros, los Lázaros de la generación anterior, olvidada y destituída por los recobecos de la Pequeña Habana y los hombres y mujeres de la nuestra, la presencia necesaria con la cual le decíamos a todas la partes que: éramos y somos parte de Cuba, que tenemos derecho a expresarnos más allá de las amenzas y las órdenes, y que nos pudieron haber dejado morir en las aguas cálidas del Estrecho de Nuestra Florida pero tuvieron miedo que los acusaran de alguna negligencia y por eso nos recogieron tardíamente. En ese levantamiento de voces y voluntades fué que murió Lázaro. No fué tu culpa.

Vale tambien recordar, en esta fecha memorable, que si nosotros en la Agenda Cuba que fué, no nos montamos en ese barco delapidado pero "garantizado" por los guarda Costas para ser rentado al público, el Sundown II, otro grupo de cubanos libres lo hubiera hecho porque nosotros no fuimos ni somos los únicos que llevamos estos sentimientos por nuestras entrañas.

Nuestra Cuba de echo es, aunque en bancarrota. Pero su parte viva, su pueblo, tiene que ser libre o no ser.

Abrazos, Dr Antonio Gordon

Mickey dijo...

Dr. Gordon,

Mi hermano, gracias por dejar tu tan sentido comentario. Tú como siempre, un faro de luz. Es como tú dices.

Recordándote a ti también en este aniversario. Abrazos,
Mickey