miércoles, 15 de septiembre de 2010

Memorias de un guerrillero cubano desconocido: Página 222

transición. Caramba eso es un problema, es un problema al que la gente le teme. Como también le teme a qué pasará con la gente que guarda prisión, al que delinquió en este gobierno, qué le pasará en el otro. La gente sabe que casi todos los delitos de hoy se les puede ver un claro matiz político. Entonces no serían 75. Serían muchos más los que guardan prisión por problemas políticos, la población penal cubana es joven, es nacida con la revolución. Algo está fallando y mis dirigentes no hacen nada, deberían ser barridos y depositados todos en el basurero. ¿Qué pasará mañana? ¿Qué pasará con los militares que tienen los mismos problemas que los civiles y a los que sólo diferencia un uniforme? ¿Qué pasará con los altos oficiales? ¿Qué pasará con Raúl? ¿Qué pasará con la imagen de Fidel? ¿Qué pasará con mi padre, con el tuyo y con el de tu vecino? ¿Qué pasará con tanto odio reprimido, engendrado y alimentado por años, desde las dos orillas del mar? Sólo porque se fueron o se tuvieron que ir y otros se quedaron o se tuvieron que quedar, ¿Qué pasará con los que murieron en el intento, simplemente murieron y ya? ¿Qué pasará con aquellos que quieren tumbar el gobierno de hoy y postularse mañana? ¿serán mejores, iguales o peores? ¿Quién sabe? Todo eso y otras cosas crean miedo, incertidumbre, son grandes incógnitas. Y muchos lo saben, pero nadie lo explica, quizás para manipularnos, quizás para protegernos, pero pasa el tiempo y la gente sigue con su incertidumbre y su temor al cambio, hasta yo. Alguien dijo sólo sé que no sé nada, pues bien, yo no sabía ni eso. Y acelerar el cambio y la transición en Cuba, simplemente te cagas porque ves una clara injerencia y una magnificación del problema entre Castro y los Estados Unidos. Pero lo que ni uno ni el otro acaban de entender es que los otros, los simples mortales, los que
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