Es
significativo que el día antes de reunirse con las Damas de Blanco, el cardenal
Jaime Ortega se hallara en el acto de la emisión de un sello postal
conmemorando la visita del Papa a la isla, en el que aparece Su Santidad
Benedicto XVI junto a Raúl Castro. Presentes en la celebración también estaban
representantes del alto clero y de la dictadura.
Las
relaciones de acomodo y ayuda mutuas entre el cardenal Ortega, el Nuncio –que
sigue instrucciones de la Curia romana–, y Raúl Castro son cada vez más
visibles. Y es por esta estrecha relación oportunista que el Papa, guiado por
Bertone y el cardenal cubano, no se reunió con las Damas de Blanco ni con
ningún otro grupo de la sociedad civil, y sí con Fidel Castro.
Raúl Castro está tratando de hacer lo mismo que Jaruzelski, dándole a
entender a Ortega y sus seguidores que el régimen trabajará con la Iglesia
dándole más espacios, bajo el entendimiento de que no se aliará con la sociedad
civil ni con los disidentes.
Pero las Damas de Blanco son mujeres de fe y de razón. Cuando salían del
Arzobispado de La Habana, la primera frase que se le escuchó decir a Bertha
Soler ante la prensa fue “estamos en la casa de Cristo”, dando a entender que
nada les puede pasar, y van a confiar en que el cardenal hablará con Raúl
Castro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario