lunes, 25 de junio de 2012

Hacer oposición en Cuba es muy difícil sin opositores


Alguien cercano al régimen me dijo hace algún tiempo atrás que el disidente, por entonces “un nadie” según mi fuente, lo tenía loco para que le diera alguna pista,  que le diera algo que hacer, algún contacto, cualquier cosa para poder poner un pie dentro de la oposición.  La idea era para fabricarse un caso, un expediente para mostrarles a los americanos cuan involucrado estaba en la causa y que por su activismo, sus “subversivas” actividades, su necesidad de protección.  La meta: las salidas definitivas del país para él y su familia.  Una historia repetida muchas veces ya, siendo protagonizada ahora mismo.  Ninguna sorpresa esa.  Todo el que sabe, sabe que es así como es.  ¿Existen disidentes legítimos?  Por supuesto, pero son pocos y distantes entre sí.  Y lo mío aquí no es criticar al disidente en cuestión ahora mismo.  Quizás si yo estuviera en Cuba con mujer e hijo haría cualquier cosa para sacar a mi familia del país, irme del país.  Lo mío aquí es desahogarme un poco, porque ya hace algún tiempo está bien claro que hacer la oposición en Cuba es muy difícil, sobre todo cuando los que la hacen se van de la isla.  Familia y todo.   

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