Por Martha Beatriz Roque Cabello, me entero que hoy se cumple un año de la muerte de Miguel Valdés Tamayo, preso político del grupo de los 75. Pienso que es un hermano más que se va de este mundo sin ver a su patria libre. Pienso además en todos los cubanos de la isla que están cumpliendo largas condenas en las cárceles castristas por el sólo delito de pensar distinto que el tirano. Y pienso en las madres que han perdido a sus hijos asesinados por el régimen castrista o sepultados en el mar tratando de escapar de la isla-infierno.
En fin, pienso en todos los cubanos, los de allá y los de aquí, los que estamos repartidos por el mundo, los que han muerto en tierras extranjeras sin ver a Cuba libre, y no puedo evitar preguntar al mundo entero ¿por qué nos han abandonado? ¿Será que cuarenta y nueve años de tiranía, de muertes, de asesinatos, de falta de libertad, de pisotear los derechos humanos, de cercenar los sueños y el futuro de la juventud cubana, de separar familias, de destruír una nación completa, condenando a sus ciudadanos al robo, la mentira, la prostitución y la desidia para conseguir un plato de comida que poner en la mesa familiar, no son suficientes razones para llamar la atención de los gobiernos democráticos que defienden la libertad?
En paz descanse nuestro hermano Miguel Valdés Tamayo. Lo recordaremos y una vez más le daremos las gracias y le diremos que su sacrificio no será olvidado.
Martha Pardiño
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