No estoy a favor de las huelgas de hambre. No estoy a favor de nada que atenta contra la vida de un ser humano. Que yo sepa, las huelgas de hambre históricamente no han dado mucho resultado. Y en Cuba desde el 1 de enero de 1959, ni hablar de eso.
Ahora bien, después de la muerte del mártir cubano Orlando Zapata Tamayo, con el desenlace en la isla del “efecto Zapata” después de su fallecimiento, con las autoridades penales en Camagüey separando los presos comunes de los políticos para romper el “efecto”, y con la atención de los medios internacionales encima de todo esto como nunca hemos visto, pregunto: ¿Serán las huelgas de hambre en Cuba efectivas esta vez?
"La huelga de hambre puede tener más de un objetivo y más de una razón. En el caso actual de Coco fariñas y el mártir Orlando Zapata Tamayo hay que pensar que ellos han visto que en realidad 'es mejor morir que vivir en el oprobio castrista.' La sicología reinante en Cuba, dentro y fuera de la cárcel, es una de presidiario. O pretendes portarte bien, o te portas bien - lo cual es imposible por las arbitrariedades del sistema - o te rindes y terminas con todo. En el pasado, muchos cubanos optaron por tirarse al mar con respecto a esta última opción. Pero en estos tiempos, los presidiarios en las cárceles están sirviendo de marcapasos, marca pautas, 'diciendo' con sus acciones que ya llegó el final, que los argumentos huecos, demenciales y mentirosos del régimen no admiten ningún dialogo y al mantener ellos una posición pacífica lo único que les queda es ofrecer sus vidas. Me temo que va a haber muchos más mártires. ¿Cuántos mártires tendrá que haber para que se arremeta en contra de la cúpula del poder castrista? Esa es la pregunta que queda por determinar".
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