lunes, 6 de junio de 2011

Ahora o nunca

Rodríguez, el opositor, se declaró otra vez en huelga de hambre.

- Esto no puede continuar así –dijo Estrada, el secretario del Partido- siempre que ese cabrón deja de comer, la opinión pública internacional nos cae encima. Hay que hacer algo.

- Podemos probar lo que sugería Woody Allen- sugirió un delegado bajito y calvo- rodear su casa de camionetas con altavoces pregonando “mmm, qué pollo tan rico, qué sabroso este batido de chocolate“.

- Eso no funcionará –objetó Estrada- además, tenemos todo el parque automotriz dedicado a otras tareas. No, compañeros, es el momento de intentar algo drástico.

- Tengo una idea –dijo Nicanor- declarémonos nosotros también en huelga de hambre, hasta tanto él no deje la suya.

Hubo un silencio analítico.

- Brillante –dijo Estrada- así demostramos estar dispuestos a todo.

- Pero, nosotros… –dijo un tipo de cierta edad- nosotros, quiénes?

- Todos los militantes. Eso tendrá mucho peso moral.

- Tendrá mucho peso, pero nosotros perderemos el nuestro.

- El momento exige sacrificios –afirmo Estrada, admonitorio, y ahí terminó la discusión.

Salvo los menores de quince y los mayores de setenta y nueve, todos los militantes recibieron la orientación de empezar inmediatamente una huelga de hambre. Los que se mostraron dudosos fueron sancionados.

La oposición, entonces, decidió cerrar filas en torno al huelguista original, dejando todos, no sólo de comer, sino también de bañarse y usar ventiladores en tanto sus demandas no fueran satisfechas. Una semana después, el gobierno organizó procesiones de flagelantes.

La opinión pública mundial, desorientada al principio, optó enseguida por ocuparse de otros temas en los que resultara más fácil tomar partido. El turismo al país aumentó, pues numerosos europeos y canadienses deseaban ver de cerca a aquellas criaturas capaces de sacrificarse por sus ideales.

Hace tres meses de estos hechos. Ya ha muerto mucha gente, pero ahora tanto la oposición como el gobierno tienen nuevos mártires. Y ha crecido tanto el turismo que la McDonald´s obtuvo una licencia para abrir trescientos establecimientos a lo largo del país. Ya se sabe lo que comen los turistas.


Sitio Oficial de Eduardo Del Llano

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