Anoche el Hombre Lobo y La Chusma volvieron a montar otro de sus shows en la Capital del Exilio. Como de costumbre, la obra se centro en repudiar a un artista cubano y su público. No importaba que en este caso se tratara de un cantautor contestatario. No importaba que casi nadie repudiara a gritos junto a La Chusma que si gritaba. ¡Y qué gritos! “¡No los queremos!” “¡Que se vayan!” Los estribillos sonaban demasiado a otros. Bueno, a otros no, son los mismos. Y quienes los gritaban son los mismos también. Nada de eso importaba. Lo que importaba era desprestigiar al Exilio cubano. El Hombre Lobo y La Chusma estaban haciendo su trabajo. La puesta en escena era para la prensa, para los medios. ¿Cuánto les estarán pagando por sus obras? Llevan décadas con sus performance shows. ¿Quién les estará pagando? ¿Será el régimen de La Habana quien les paga?
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