Papel que una vez desempeñó la Unión Soviética, con su tubería directa de rublos, recursos e ideología, instalada desde el Kremlin hasta este lejano trópico. Ahora el nuevo mentor está más cerca. Tiene las manos llenas de petróleo, va vestido de rojo y ha incidido en el curso de nuestro país al menos en los últimos 10 años.
El riesgo de despertar un día y comprobar que ya Chávez no está, como una vez le ocurrió al muro de Berlín, flota como una sombra sobre esta nueva dependencia.
miércoles, 15 de junio de 2011
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